CALEFACCIÓN EN VEHÍCULOS ELÉCTRICOS.
Un vehículo con motor de combustión tiene asegurada la calefacción gratis pues por la propia ineficacia del mismo, que convierte una parte de la energía química en cinética y otra en calor, resulta que, tal como dice el dicho, no hay mal que por bien no venga, pues puede utilizar ese calor en calentar el habitáculo en invierno. En verano tirará el calor al exterior.
Por tanto, cuando un vehículo de gasóleo puede recorrer con 50 litros 1.000 kms los recorrerá igual sea verano o invierno e igual use o no use la calefacción.
Y además, la ineficacia es grande. El calor supone un porcentaje muy grande de la energía química no transformada en cinética y de este, el calor para calefacción es también significativo en relación al calor total.
Pero en un vehículo eléctrico, cuando dicen que con la batería cargada a tope recorre X kms no es del todo cierto, pues ello puede ser verdad sólo si no se pone la calefacción. Si se pone la calefacción (generalmente en invierno) tendrá que convertir energía eléctrica en calorífica de forma expresa, con lo que resta capacidad cinética, es decir, recorrerá necesariamente menos kilómetros.
El impacto de la calefacción en la autonomía de un vehículo eléctrico depende de varios factores, como la eficiencia del sistema de calefacción, la temperatura exterior, y las características del vehículo. En general:
- Sistemas de calefacción en vehículos eléctricos:
- Los vehículos eléctricos suelen usar bombas de calor o resistencias eléctricas para generar calefacción. Las bombas de calor son más eficientes, pero su rendimiento disminuye significativamente en temperaturas muy bajas (por debajo de -10 °C).
- Las resistencias eléctricas consumen más energía, lo que afecta más a la autonomía.
- Consumo típico de calefacción:
- En un clima frío moderado (alrededor de 0 °C), la calefacción puede consumir entre 1 y 3 kW de potencia continua.
- Para un vehículo eléctrico con una batería de 60 kWh y una autonomía anunciada de 400 km, esto equivale a un consumo adicional de energía proporcional al tiempo que dure el viaje.
- Impacto en autonomía:
- Si el consumo energético sin calefacción es de 15 kWh/100 km, los 400 km anunciados consumirían aproximadamente 60 kWh.
- Si se añade un consumo de 2 kW por calefacción en un viaje de 4 horas, se consumirían 8 kWh adicionales, reduciendo la energía disponible para la tracción a 52 kWh.
- La nueva autonomía sería entonces:
[52 kWh / (15 kWh/100 km)] =346 km
- Porcentaje de reducción:
- En este caso, la reducción sería de aproximadamente el [(400 – 346) / 400] × 100 = 13.5%
- En condiciones extremas:
- En climas muy fríos, donde la calefacción puede consumir más energía y las baterías tienen menor rendimiento, la autonomía puede reducirse aún más. Una reducción del 25% (de 400 km a 300 km) no es inusual en estas circunstancias.
Tener calefacción por bomba de calor en el coche en lugares muy fríos (España por ejemplo en León, donde por la noche bajan de -10º C y mucho más, supone tener en los momentos más críticos una calefacción de bajo rendimiento. Optar por un sistema de resistencias supone ineficiencia la mayor parte del invierno.
En conclusión, si un vehículo eléctrico anuncia 400 km de autonomía, (y así los vende el comercial sin hacer hincapié en esta cuestión), resulta que con la calefacción activada durante todo el trayecto en condiciones frías, es razonable esperar una reducción de entre un 10% y un 25%, dependiendo del sistema de calefacción, la temperatura ambiente, el diseño del vehículo y lo friolera que sea la familia y el perro que viajan en aquél.