Pues seguro nunca podré estar, porque no soy experto en neumáticos. Pero sí me venía dando cuenta últimamente de que los neumáticos traseros eran como piedras (no por la presión), cada mínima irregularidad de la carretera lo notaba como si llevara un F1. Además, sonaban muchísimo más de lo normal y oía traqueteos de las cosas que llevaba en los huecos del maletero (limpiallantas, un compresor para inflar ruedas, etc.) que antes no sonaban. Al acercarme a verlos más a fondo, ya que sólo me había fijado en el testigo, vi que empezaba a cuartearse el flanco y que en la banda de rodadura se notaban algunos bultos si pasaba la palma de la mano. No sé, llamadlo sensación en lugar de certeza si queréis, pero no me terminaba de convencer. Todo esto, unido a que prefiero ahorrar en otras cosas que en neumáticos y que no me suponía gran problema cambiar 4 en lugar de 2, me hizo decantarme por cambiar los 4 y pedí cita en un taller especializado en ello. Curiosamente (o no tanto, por lo que comentáis), pasé la revisión de los 3 años un poco antes en un taller Kia y me dijeron que los neumáticos delanteros estaban gastados y los traseros cristalizados, y que me daban presupuesto para cambiar los 4 (mucho más alto que el que yo ya tenía reservado, por cierto). En los poco más de 200 km que he hecho desde el cambio, os aseguro que las sensaciones son bastante mejores.
En fin, yo prefiero verlo como que, en el peor de los casos, he perdido algo de dinero (tampoco es que estuvieran estupendos, les quedaba un año o año y medio como muchísimo) a cambio de ganar en tranquilidad, confort y seguridad para mí y mi familia.