Una vez salía en un concurso en la tele un ciclista profesional pedaleando a tutiplén y sudando la gota gorda hasta la extenuación porque le habían aplicado una serie de bombillas que encendía con la fuerza de sus piernas al rodar en parado. Eran bastantes pero ya se notaba lo que suponía tener que mantener encendidas esas luces con la única fuerza de su pedalear. Imaginemos la cantidad de watios y de calor que daban las bombillas. Pues teniendo en cuenta la energía cinética que lleva un vehículo acelerando en el plano inclinado, con una masa de mil y bastantes kgr, creo que habría sido mucho mayor que la energía que producía ese ciclista recordman. Si a eso se añade que el invento de ADOQUÍN no enciende bombillas sino que se concentra en nutrir a una resistencia, ¿cómo va a disipar el calor que pasa por ella para evitar que se funda?. Yo creo que es más efectivo echar un ancla por la ventanilla o abrir una vela por el techo, para que nos vaya frenando.