Bueno, al busilis . Se colige de uno de los mensajes anteriores, que debo volver a presentarme. ES UN KIA?!! se presentó, como digo, con un Optima GTLine. Mi tenacidad por cumplir objetivos, y el hecho innegable de que era factible, me llevó a hacerme con un Stinger GTLine diésel AWD 2.2CRDI 200CV. Pero la espina la seguía teniendo clavada, muy clavado, en el costado. El Stinger GTLine era una mala bestia, pero ha habido algo durante el último año que no me dejaba conciliar el sueño con absoluta calma; como dijera el poeta del pueblo, Miguel Hernández, "tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento". El dolor de la espina, la espina de ser consciente que el Stinger GT no formaba parte de mis objetivos, que siempre son alcanzables a base de esfuerzo, sino de mis sueños, del mundo de lo onírico, ese que te turba constantemente y que atenaza a esa categoría de individuos cuya jaez es de natural inconformista...una actitud vital las más de las veces ominosa.
No obstante la tengo domeñada, y con la paciencia que también me caracteriza, y la racionalidad fría y calculadora que siempre ha remanecido en mi fuero interno, y que la experiencia ha ido reforzando, he logrado alcanzar lo que creía prácticamente imposible, más que improbable: desde junio soy el aún epatado propietario de la máquina definitiva, la que pasó a desbancar al Nissan Skyline GTR-34 VSPEC II desde que viera la luz en 2007 en mi orden de coches predilectos: el STINGER GT 3.3 TGDI AWD 370CV.
Podría escribir una pléyade de calificativos, uno tras otro, cantando las alabanzas de esta máquina. Podría escribir un panegírico interminable acerca de las virtudes de este vehículo concebido por maestros en todas sus facetas, podría dejar en evidencia la vasta extensión de la Enciclopedia Británica si quisiera describir tan sólo mis sensaciones...pero no lo voy a hacer. Muchos ya me conocéis incluso, de modo que huelgan las palabras. Soy un privilegiado. Larga vida al STINGER.
