ES UN KIA?!!
Forero Activo
- Vehículo/s
- STINGER GT AWD 3.3 TURBO GDI 370CV
........................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................Bueno, creada asaz expectación en aquellos que habéis tenido la santa paciencia de leer alguno de mis tediosos e inacabables mensajes como para que os reviente la aorta de pura presión, me explico. No, no he perdido el juicio, ni he recibido un golpe(mis taras son de nacimiento, jajajaj), es simplemente que tenía ganas de hacer un poco de polémica al más puro estilo Risto. Además, no cabe duda de que incrementa el valor de la crítica el hecho de que provenga de un "tiffosi" como yo, fanático enamorado del Stinger.
Pues bien, hete aquí que ayer me fui al cine, a disfrutar de una peli (que, por cierto, recomiendo encarecidamente: Nación Cautiva) y cuando fui a subirme al Stinger, encontréme con una pieza de plástico rectangular, terminada en una pestaña curvada en uno de sus extremos cortos, sobre mi asiento. Una pieza completamente nueva, sin signos de rotura que justificasen su desprendimiento. En el reverso de la misma, el que debía suponerse como la parte no vista en su prístina posición, se podía leer: "Rain Sensor". Con mi ignoto dominio del idioma de "el bardo de Avon", deduje que se trataba de algo relacionado con los sensores de lluvia, y haciendo un ejercicio de perspicaz inferencia, concluí que la pieza debía provenir de algún lugar de la luna delantera.
¡Eureka! De allí provenía la muy ladina, pues al levantar la mirada hacia el espejo retrovisor central, descubrí que justo sobre el mismo se mostraban desnudos, impúdicamente, unos cables y su clema de conexión. Nada debía haberme extrañado de tan exhibicionista actitud de los cables si se hubiesen dispuesto en tan execrable postura desde siempre, pero no es el caso: no recordaba en absoluto haber visto tales cables en anteriores ocasiones. ¡La pieza que los cubría se había desprendido motu proprio!
Desde ayer he tratado de imaginar toda clase de escenarios que puedan haber devenido en un hecho tan insólito: la dilatación por el calor, las vibraciones del bajo y la batería cuando Metallica o Dream Theater dan cuenta del Harman Kardon...pero la realidad que me azora es que, a cada nueva situación que imagino, mayor es el despropósito. ¿Cómo es posible que en un gran turismo de la calidad del Stinger se caiga, de forma inopinada, un cacho plástico embellecedor?
Y lo cierto es que no ha quedado en eso, porque de hecho, buscando el posible origen de la pieza y hasta que le dí la vuelta y leí lo del sensor de lluvia, miré abajo, muy abajo, entre otros sitios, y descubrí algo inquietante: un despropósito que sólo puede ser atribuido a la pura desidia, a la dejación, a la abulia más absoluta cuando se pusieron a montar el Stinger. Es como si el que se encargaba de la terminación final, en llegado el momento cenital, se hubiera quedado sin rasmia y hubiese dejado, en consecuencia, una chapuza del calibre 316 como firma indeleble. Yo, queridos compañeros, simplemente, pongo una imagen que me ahorrará unas pocas líneas, y os dejará grandemente azorados. Evidentemente, esto no me resta un ápice de mi condición de "tiffosi", porque no hay coche perfecto, y a esto le sumo que uno de su misma categoría cuesta un 20% más precisamente por esta clase de fruslerías. Al cabo, a nadie se le escapa que los acabados de un BMW M3 son intachables, y que miman hasta las zonas donde a nadie se le ocurre jamás mirar, mientras que lo que hace del Stinger un gran turismo "affordable" es que aplica la filosofía popular de que "los coches por debajo no se pintan, porque nadie mira ahí". Además, se me pasó la desazón cuando, inmediatamente después, pasé por un Mercadona a hacerme con algo para preparar la cena, y fui asaltado por dos señores "ojipláticos" que se deshacían cantando las alabanzas de lo que estaban viendo, dándome la enhorabuena, y con la satisfacción añadida de que en esta oportunidad, al descubrir que se trataba de un Stinger, reaccionaron con un:
"¡Hostia, un Stinger! ¡Es un Stinger! ¡Mare de Deu! Lo he visto pasar por ahí, pero no había podido verlo en parado". Esto, compañeros, empieza a ser una droga. El Stinger es imperfecto, como yo...¡LARGA VIDA AL STINGER! ¡EL GRAN TURISMO IMPERFECTO, PERFECTO!

Pues bien, hete aquí que ayer me fui al cine, a disfrutar de una peli (que, por cierto, recomiendo encarecidamente: Nación Cautiva) y cuando fui a subirme al Stinger, encontréme con una pieza de plástico rectangular, terminada en una pestaña curvada en uno de sus extremos cortos, sobre mi asiento. Una pieza completamente nueva, sin signos de rotura que justificasen su desprendimiento. En el reverso de la misma, el que debía suponerse como la parte no vista en su prístina posición, se podía leer: "Rain Sensor". Con mi ignoto dominio del idioma de "el bardo de Avon", deduje que se trataba de algo relacionado con los sensores de lluvia, y haciendo un ejercicio de perspicaz inferencia, concluí que la pieza debía provenir de algún lugar de la luna delantera.
¡Eureka! De allí provenía la muy ladina, pues al levantar la mirada hacia el espejo retrovisor central, descubrí que justo sobre el mismo se mostraban desnudos, impúdicamente, unos cables y su clema de conexión. Nada debía haberme extrañado de tan exhibicionista actitud de los cables si se hubiesen dispuesto en tan execrable postura desde siempre, pero no es el caso: no recordaba en absoluto haber visto tales cables en anteriores ocasiones. ¡La pieza que los cubría se había desprendido motu proprio!
Desde ayer he tratado de imaginar toda clase de escenarios que puedan haber devenido en un hecho tan insólito: la dilatación por el calor, las vibraciones del bajo y la batería cuando Metallica o Dream Theater dan cuenta del Harman Kardon...pero la realidad que me azora es que, a cada nueva situación que imagino, mayor es el despropósito. ¿Cómo es posible que en un gran turismo de la calidad del Stinger se caiga, de forma inopinada, un cacho plástico embellecedor?
Y lo cierto es que no ha quedado en eso, porque de hecho, buscando el posible origen de la pieza y hasta que le dí la vuelta y leí lo del sensor de lluvia, miré abajo, muy abajo, entre otros sitios, y descubrí algo inquietante: un despropósito que sólo puede ser atribuido a la pura desidia, a la dejación, a la abulia más absoluta cuando se pusieron a montar el Stinger. Es como si el que se encargaba de la terminación final, en llegado el momento cenital, se hubiera quedado sin rasmia y hubiese dejado, en consecuencia, una chapuza del calibre 316 como firma indeleble. Yo, queridos compañeros, simplemente, pongo una imagen que me ahorrará unas pocas líneas, y os dejará grandemente azorados. Evidentemente, esto no me resta un ápice de mi condición de "tiffosi", porque no hay coche perfecto, y a esto le sumo que uno de su misma categoría cuesta un 20% más precisamente por esta clase de fruslerías. Al cabo, a nadie se le escapa que los acabados de un BMW M3 son intachables, y que miman hasta las zonas donde a nadie se le ocurre jamás mirar, mientras que lo que hace del Stinger un gran turismo "affordable" es que aplica la filosofía popular de que "los coches por debajo no se pintan, porque nadie mira ahí". Además, se me pasó la desazón cuando, inmediatamente después, pasé por un Mercadona a hacerme con algo para preparar la cena, y fui asaltado por dos señores "ojipláticos" que se deshacían cantando las alabanzas de lo que estaban viendo, dándome la enhorabuena, y con la satisfacción añadida de que en esta oportunidad, al descubrir que se trataba de un Stinger, reaccionaron con un:
"¡Hostia, un Stinger! ¡Es un Stinger! ¡Mare de Deu! Lo he visto pasar por ahí, pero no había podido verlo en parado". Esto, compañeros, empieza a ser una droga. El Stinger es imperfecto, como yo...¡LARGA VIDA AL STINGER! ¡EL GRAN TURISMO IMPERFECTO, PERFECTO!

