El primer punto es poner significado a las Siglas EGR, acrónimo de Exhaust Gas Recirculation o Recirculación de Gases de Escape en castellano. Aunque nos parezca un tema de actualidad, lo cierto es que se viene utilizando en algunos coches desde la década de los 70, especialmente en Estados Unidos, donde las normas anticontaminación eran más severas. En Europa es obligatorio equiparla desde la entrada en vigor de la Euro 2 en 1996.
La función de la válvula EGR es sencilla y podemos intuirla de su propio nombre. Su labor es recircular parte de los gases que salen por el escape hacia la admisión, es decir, reintroducir el humo de la combustión del motor en los cilindros para así reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). La válvula EGR conecta los colectores de escape con los de admisión y su apertura depende de diversos parámetros que ahora conoceremos. La clave de la reducción de los óxidos de nitrógeno es el descenso de la temperatura en la cámara de combustión al recircular los gases de escape hacia ella.