Después de catorce años y 340.000 kilómetros juntos, voy a tener que despedirme de mi querida Carnival EX. Siempre la cuidé al máximo, y por eso todo funcionaba de forma impecable cuando, hace unos días, empecé a notar un ruidito ligero y extraño en el motor cuando circulaba por autopista. Poco después sonó un golpe fuerte en los bajos. El coche siguió funcionando con normalidad otros tres o cuatro kilómetros, hasta que se encendió el piloto del aceite y paré de inmediato. El mecánico descubrió un agujero en el cárter. Al parecer, un engranaje de la bomba de aceite se había partido y actuado como metralla. En el concesionario me dijeron que ya se habían encontrado casos iguales en Carnivals de más de 300.000 kilómetros, y que no merecía la pena la reparación porque era probable que también hubieran sufrido daños los pistones o el cigueñal. Así que no veo otro camino más que el desguace. Os lo cuento para que estéis advertidos si tenéis una Carnival muy trotada. Desconocía totalmente ese riesgo de avería letal, y quizás se pueda prevenir.