Kia Venga 15-12-2009 Monovolumen urbano y más Kia Venga Viene con un premio de diseño bajo el brazo. El nuevo Kia Venga es un ejercicio de superación de la marca, pero no sólo hablamos de diseño, también de calidad percibida y cantidad tecnológica. Su bonito cascarón esconde principalmente un amplio y vistoso habitáculo. FIJAOS EN LA PRIMERA FRASE: "Qué buenos trabajos está poniendo en la calle Kia y qué buena pinta tiene el Venga". La oferta de este fabricante coreano no sólo busca funcionalidad y ahora comienza a cargarse de pasión. El último modelo de KIA viene para ubicarse entre los monovolúmenes urbanos con aspiraciones familiares y ruteras. Mide 4,1 metros de longitud (algo más que un Seat Ibiza) y 1,6 de altura, pero es su larga batalla de 2,6 metros (como un Seat Altea) la que determina sus extraordinarias cotas de habitabilidad. Son cinco plazas muy agradables y generosas —y excepcionalmente luminosas con el techo panorámico opcional— las que ofrece sobre un piso plano que además cuenta con un maletero modulable (desde 314 litros con cinco plazas) gracias a una banqueta posterior deslizable (13 centímetros) . Puesto de conducción muy cuidado, con asientos calefactados, arranque por llave electrónica... Echamos un vistazo hacia atrás y nos encontramos con unas plazas traseras dignas de todo un segmento C, sí de compacto. No sabemos si estamos ante un utilitario que quiere girar hacia monovolumen o viceversa, lo cual puede abrir un nuevo subnicho de mercado. Equipamiento completo Al destacable espacio del habitáculo, el conductor puede sumar un equipamiento que realza la comodidad de un coche que puede hacer de la ciudad su hábitat natural. En la consola central dispone de conexiones USB y para el iPod, además de contar con conectividad Bluetooth activada por voz. Sensores de aparcamiento e incluso una pantalla de marcha atrás con imagen proyectada en el retrovisor, facilitan una conducción urbana en la que sus motores, gasolina y Diesel, también se ven implicados con la adopción de un sistema automático de parada/arranque del motor que la marca denomina ISG. Su elaborado diseño se corresponde con una buena calidad percibida en su interior —plásticos duros pero con superficies rugosas que simulan tejidos blandos, muy en la línea europea—, calidad que luego se mantiene al rodar. Nuevos motores Los dos motores Diesel son de nuevo cuño y en concreto el 1.4 CRDI lo estrenará el Venga (el 1.6 CRDI ya lo ha hecho el cee´d). Sobre el bloque 1.4 existen dos desarrollos, uno básico de 75 CV y otro con turbo de geometría variable que sube hasta los 90. Ambos cuentan con cajas específicas de 6 velocidades. El 1.6 anuncia 128 CV, lo que le faculta como un excelente rodador fuera de la ciudad. En gasolina la oferta también se desdobla en bloques 1.4 y 1.6, con 90 y 125 CV respectivamente. Para todos se ha desarrollado un pack ecodinámico que incluye el comentado sistema stop&start —en nuestro recorrido de pruebas, con grandes atascos en Roma ha funcionado a la perfección—, un alternador desconectable y neumáticos de baja resistencia. Con este paquete las versiones Diesel se convierten en sub 120 g/km de CO2 y no pagan impuesto de matriculación. Además, el ESP viene de serie. Pisa bien, es un vehículo con asentamiento de coche bueno. No olvidemos que su batalla, como la de muchos modelos del segmento C, ayuda a garantizar aplomo. Particularmente nos ha gustado más el gasolina, con una muy buena rigurosidad de guiado y un finísimo funcionamiento, nuevamente muy europeos. Los Diesel no le van a la zaga aunque tienen camino por delante en materia de rumorosidad. Desarrollos algo largos buscando rebajar las emisiones. Las versiones de equipamiento en nuestro país serán Concept (muy básica, sobre todo para flotas), Drive ya con aire acondicionado, Active con llantas de aleación, y la superior Emotion. Como decíamos, todos los coches llevarán en nuestro país ESP, ayuda para el arranque en cuesta y 6 airbags. Definitivamente el automóvil cambia y KIA también.
